jueves, 22 de diciembre de 2011

Lapsus en la lectura del título de una noticia

"Diarios locales celebraron la ley que regula el insomnio"

la palabra era insumo.


Cuestión: esto va a ser un buen cuento. pero no hoy.

chau .

La primera vez que fui Sofía con Jude.

La primera vez que nos encontramos como una casualidad sin futuros vos estabas borracho y dijiste que eras mentiroso. Yo no recordaba tu nombre y pensaba "a este tipo no lo vuelvo a ver nunca más en mi vida" mientras te firmba la declaración de guerra diciendo que yo era vengativa.








Creo que esa fue una de las pocas veces en que fuimos realmente sinceros.

Cuando yo era Sofía.

Pensando en muchas cosas que me dan insomnio y que ahora me dejan dormir debido a que las he creído posibles o quizás fue porque llovió dulcemente y eso siempre ayuda, imagino miles de formas de decirte que desaparezcas de una vez por todas de mi vida. En una de esas estoy borracha y rodeada de gente que me conoce. En otra lo hago con un tono de voz tranquilo y despreocupado y llego a conclusiones que a simple vista, es decir, a la vista de un tercero amargado, serían sencillas. En otra lo hago con un cigarrillo consumiéndose en la mano derecha y un vestido bastante lindo. En una estoy enojada, en otra triste y rencorosa, en otra ya estoy feliz o por lo menos en paz. En otra ninguno de los dos habla pero aún así nos despedimos. En otra te digo toda y absolutamente toda la verdad y no estoy sola. Esta última es la que más duele.
La cosa es que en todas las situaciones, se siente como simple y posible y en todas lloro. En algunas me observás llorar, en otras no.
Quizás la posibilidad de verlo y sentirlo posible tenga que ver con la cuestión de que perdí tu encendedor y no me importa. Realmente, no me importa.
Y sin embargo, duele. Y duele tanto que se me nublan los ojos hasta dejar de verlo y sentirlo posible.
Pero precisamente el hecho de que en algún instante lo sienta posible significa nada más y nada menos que en ese poco tiempo en el que estuvimos separados, ignorándonos o mejor dicho, ignorándome aprendí a vivir sin vos. Es decir, te volviste prescindible. Al poco tiempo comprendí que eso es dejar de querer a una persona, es decir, no quererlo como antes. Como antes es algo, no mucho pero es algo. Pesa. Lo único que resta es tratar de no sonreír cada vez que te veo o que me sorprendés apareciendo casualmente por una calle y me invitás a retrasar un poquito más la despedida.

martes, 13 de diciembre de 2011

absolutamente nada más que compartir un ratito de esta madrugada con vos.

se garcha bien y se quiere mal





p/d: hoy ando "verborrágica" pero no quiero escribir un cuento que quiero escribir punto seguido miedo.

Escribir esto duró un cigarrillo.

A veces soy la inocencia de la niña que saluda a la luna o el razonamiento del ratón que se quería comer el satélite porque decía que era de queso.
Y muchas otras veces soy "el otro" que dice que la luna es de luna y no de queso.
Si fuese la niña y tendría que responder cuál de los últimos dos nombrados es el realista, respondería: "el ratón".
Lo ideal sería no explicar por qué para no contaminar. Pero. 
*Podría decir que es el ratón ya que este intenta definir a la luna de un material que conoce e incluso al que le podría dar un uso bastante efectivo y delicioso y del que al menos se le puede reconocer cierto parecido al satélite, mientras que "el otro" la define de un material que no conoce, que es sólo un mísero (pido perdón por eso) concepto de poca realidad positivista (asco) y al que probablemente: tema.  
*O en realidad diría ratón porque la niña que saluda a la luna es inocente y entiende mejor qué es un ratón a qué es un "el otro" y realmente no le importa mucho la respuesta ya que no tendría ni la más puta idea de lo que signifique aún vulgarmente el término realista.
Entonces hasta acá quedamos que el ratón resulta el más realista. Si fuese niña y tendría que responder cuál de los dos está equivocado entonces respondería: "el ratón".
Lo ideal sería no explicar por qué para no contaminar. Pero.
*Podría responder que es el ratón ya que la luna no es de queso sino de luna. Es decir, de un material que ni el otro ni el ratón conocen ya que ni el otro ni el ratón conocen la luna más que con los ojos teniendo en cuenta que algunos dicen que los ojos no dicen la verdad pero son realistas.
*O en realidad diría ratón porque la niña que saluda a la luna es inocente y entiende mejor qué es un ratón a qué es un "el otro" y realmente le seduce mucho más la respuesta "la luna es de luna" ya que es inocente pero no boluda, etcétera.

[abstracciones.]

Probablemente hoy también sea "el otro" que tiene insomnio. Y admito con piedad que me vendría mejor un poco de ratón o de niña pero sin lunas y con más almohadas. 




p/d: "la luna es de luna" es la mejor explicación que escuché en mi vida, precisamente porque no explica.

pensar

en
detalles
de
una
supuesta
nueva
era
.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Yo no quiero volver-me-tan-loca.

Alguien hijo de puta me dijo una vez (no, no es Jude. Fó, la puta madre. Dije que no iba a nombrarlo y mirá, mirá. Bueno, en fin) que soy la única persona que conoce que es inconsolable. Já. Qué lindo ché esto que me decís. Dijo como que cuando se me mete algo en la cabeza no me lo saca nadie por la simple razon de que razono y refuto todo probable consejo bien intencionado y generalmente pelotudo que aspira a hacerme sentir bien cuando se que no, no y no y no sé por qué aún sabiendo que me van a aconsejar de manera idiota, tratandome como una infradotada-conejo-blanco sigo sintiendo esa necesidad de hablar, es decir, de que me escuchen y opinen para argumentar en contra y saber que tengo razón, que no soy tan pelotuda como parezco y que sigo siendo esa que piensa las cosas y las vive poco como Oliveira viste, pero con razón ché, siempre con razón. (A todo esto hay una cucaracha que está provocando mi pie. Lo escribo en voz baja para que no se de cuenta de mi propósito asesino) [...] Hola, volví. Debo admitir que intenté matarla de un ojotazo y si alguien me hubiese visto en acción [...] (fui a buscar la ojota porque la cucaracha le hacía burla) como decía, si alguien me hubiese visto, hubiera descubierto rápidamente lo patética que soy cuando intento hacerdesaparecer/matar/borrar/etc. algo que me rodea y me afecta, cosa que le cuesta mucho más tiempo reconocer a la gente que generalmente me escucha. Claro que si hablamos de gente resulta obvio pensar que todo c u e s t a u n p o c o m á s , e s c o m o s i t u v i e r a n q u e t o m a r s e u n m o m e n t o p a r a p r o c e s a r l o y a ú n a s í.
Bueno, la cosa es que últimamente no pido consuelo. No sé si estoy bien o estoy mal. La cosa es que últimamente no me importa nada o me importan cosas que no me pasan y eso es preocupante. ¿Lo que me preocupa? Bueno la otra vez pasó algo que no se lo conté a nadie porque fue algo de locos. No, pero de locos posta. Esos que están encerrados porque les falla. Bueno, una cosa así. Tampoco para asustarse ¿no? Digo va. Bueno, aunque en ese momento estaba el estúpido de mi hermano al lado y se asustó por mi forma de actuar. Realmente tenía miedo. Y yo no. Y fue a llamar a mi vieja que obviamente no le dio pelota y entonces él apuró la gaseosa de un sorbo y huyó. Yo me reía así como se ríen los locos encerrados. ¿Será que estoy loca? ¿Será que me encuentro encerrada? Bueno sí. En ese momento me sentía tan encerrada que por eso pasó lo que pasó. ¿Qué pasó? No lo puedo contar y tampoco escribir. Son esas cosas íntimas que se vuelven secretos con los que está todo bien, justamente porque no se cuentan a la gente que dice que esto sí y que esto no y que esto es normal y que esto no y que vos estás locoencerrado y que vos no, ya ven, la cultura. Mierda con lindo nombre. O sea, tampoco para tanto. Tampoco para tratarla así. Tampoco para decir que pasó algo groso, o sea, pasó algo exagerado y que nunca había pasado con resultados visibles y de temer, algo así como el síntoma del pensamiento si tenemos en cuenta que es una linda metáfora decir que pensar es una enfermedad.
Y estoy enferma entonces, pero no tanto éh, tampoco para exagerar como eso que pasó. Digamos lo contrario. Es decir, estoy enferma de cosas que no tienen nada que ver. Me involucro en realidades trágicas, en sueños incomprendidos, en la numeración de la pelotudes vital y juvenil que puede tener un artista medianamente copado o un medianamente enamorado. Medianamente enamorado. Y sí, eso da que pensar. Pero no tengo ganas ni me importa. Digo, no tiene muchas consecuencias el pensar en ello. En realidad sí pero lo niego como todo el mundo. ¿Lo niego? Ahí está la cuestión, por que capaz no. Capaz lo acepto y como dije anteriormente, no me importa. Y no me importa porque en realidad no, porque en realidad no siento, porque en realidad me volví inmune o invulnerable, como sea, o porque no siento y punto eso que antes se sentía en especial en la cama, cuando se entrelazaban los cuerpos y el aire cambiaba de colores y los ojos sacaban fotografías. Bueno, entre aceptación y negación la respuesta es duda. Como siempre la puta duda que me encanta, me seduca (seduce/caduca) hasta aniquilarme en los mejores de los enredos de pensamientos pegajosos y dulces e historia.
E historia. Había una vez una chica que escribía muchas historias por semana y E era una letra especial. Hoy está en pelotuda pero cree que aún es artista y anda garabateando su vida, tomándose del pasamanos, por así decirlo.
Igual a veces pasa y las manos se atontan en el teclado (aunque no tanto como en los viejos tiempos) y luego de eso pueden leerse historias copadas (aunque no tanto en como en los viejos tiempos). Los viejos tiempos, la nostalgia, típico ¿sentimiento? de escritor. De artista en general, pero de escritor. Escritor. Alguien dijo una vez cigarrillos y café. Café. Me hace mal. Me hace mal, tantas cosas como Jude como cigarrillo y me encanta. Me encantan las contradicciones. Contradicciones que se vuelven adicciones en contra de uno mismo para someterlo a una telaraña de quilombos emocionales donde el futuro el pasado y el presente se vuelven un chicle. Chicle, algunas personas son Chicles rosas. Rosas, regalo lindo pero pelotudo. Lindo pero Pelotudo: Jude. Jude...¿? Ah ya sé, Jude dije que no iba a nombrarte. Nombrarte me suena a pensarte o a esperarte. Esperar arte de vos es una cagada porque ya de por así esperarte [...] (bueno, esto es lo que pasó. escuché ruido en la puerta de la casa de mi abuela y dije: alguien quiere entrar a su casa. que hago. me asomo o no. ya fue me asomo. me asomo y estaba mi abuela en pijamas mirando el cielo. pinta de loca sonámbula y entonces le digo: que haces nona. y me contesta siento olor a humo y pensé que se estaba prendiendo fuego la zapatería de al lado [cabe destacar que hace años que vivo acá y nunca supe que a unos metros de mi casa hay una zapatería], y entonces después agregó: vine a ver si hay humo pero no. capaz seas vos que fumás aunque no porque desde mi pieza. y ahí como que se va la preocupación y entonces le digo: ah bueno, yo no siento nada, anda a dormir. y entonces me dice: estás sola? y le respondo sí . y vuelve a insistir: no vino nadie? No.
No, pensé que iba a venir. Ese instinto que me hace oler posibles situaciones está fallando porque le creo a medias y porque en realidad, como decíamos antes, lo espero. 

lunes, 28 de noviembre de 2011

KM.

Me acuerdo que dije de escribir eso que estaba pensando y que se relacionaba (improbablemente) con la tenacidad de tu perfume aferrandose a mi piel y hasta también con dos o tres miradas tuyas de esas que intimidan con cierto dejo de ternura. Pero no tenía que ver con vos esto. No sé por qué apareciste/aparecí. Quizás tenía que ver con el arte en el cuerpo de Rodolfo que tenía un saco amarillo o con esa cuestión rayuelesca de decidir ir al mismo lugar esperando encontrarnos sin que ninguno de los dos sepa algo del destino del otro pero con una infaltable casualidad que sólo pueden adjudicarse a las grandes noches o a las extrañas lluvias. Tal vez tenía que ver con M&M (y no pongo ese nombre en cursiva sin ningún motivo) o de la extraña luna dorada que engordaba y adelgazaba a cada minuto esa noche. No sé por qué se me ocurrió que eso de lo que debía escribir estaba a kilómetros, ya lejos pero no tanto, es decir, en la cabeza pero lejos, como jugando a las escondidas (y cómo me gusta ese juego). Demás está decir que esto de lo que tenía que escribir tiene que ver con una posible y reciente Sofía y que para llegar a tu cuerpo tengo que viajar por una ruta de 20 minutos más o menos. Pero no, no te abrazo nada y esto no tiene que ver con vos ni con ningún Jude, de ninguna manera. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Re - presentación

hay
que apretar fuerte el gatillo para encender el cigarrillo si el encendedor es barato y demás esta decir que
hay
que aprender a decirte que no aunque
hay
que admitir que tu llama es barata pero de la buena, de las que todas pueden probar y volver y volver y volver a caer, encenderse hasta hacerse polvo en el polvo del polvo y el dolor





-Sofía, un placer.
-Jude, el placer es t o d o mío.- y no mentía.

él tiene una muñeca que regala besos

y tiene rulos y astucia con la que no contaban y los cachetes colorados y una nariz que no le gusta y nunca es amiga de los espejos aunque a veces le gusta admirase desnuda cuando está con él.
y es adicta a los puchos y hoy está enojada con las Mayúsculas.
Ella quiso hacerlo tan feliz

El quiso un amor y no una actriz
y le molesta que esté entre ambos aunque siente pena por el número 3.
y dice que se puede escribir sobre muchas cosas pero últimamente pierde los bolígrafos 
como las pestañas.
y no se encuentra en las jugueterías aunque le gusta jugar y a veces se deja ganar.
pero sabe y presiente que el plástico que los recubre habla perfectamente de una distancia 
que los hace distintos.
y admite que lo prefiere en el pasado y si es posible lejos, pero con los ojos clavados en su 
melena de rara muñeca.
y por sobre todas las cosas no puede ver claramente la realidad aunque no niega que nada 
de nada de nada volverá, aunque regrese aquél hombre a buscar unos besos, no lo 
reconocerá.


él tiene una muñeca que regala besos, la acuesta en su cama y no sienten absolutamente 
nada, pero no pueden evitar hacer el amor.


y cuando tarda en venir, su cama es una cama de hospital.

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Por qué existe la palabra desalmado y no la palabra almado?

Estoy realmente orgullosa de tu eficaz inestabilidad. La admiro. La pienso hasta gastarla. La derrito entre mis dedos y recuerdos de cerveza fría y corpiño en el piso. 
Quisiera pedirte que te detengas. Que pares un poco con todo esto porque tengo miedo.
Si me preguntas (ríendote y altanero, ya te imagino) qué eres para mi hoy, te contesto que sos como querer fumar un cigarrillo aún cuando el dolor de la garganta me saca un par de lágrimas.
Lucha interminable con cierto sabor a cliché entre el dolor-de-lo-innegable y las ganas de aún-todavía-seguir-queriendo. No quiero saber quién podría ganar. No quiero saberlo, no me gusta. Esto no tenía que ser así. 
Vos tenías que tener otro nombre y explotar en otra fecha. Yo tenía que aprender a olvidar gente como lunas. Vos tenías que ser almado y culposo. Yo tenía que ser fría y calculadora. Vos tenías que conocer el dolor. Yo, el placer. 
Algo pasó que hoy los recuerdos pelotudos me torturan hasta sacarme el sueño y a eso sumale tu histeria descortés y prepotente que viene a destruir el poco equilibrio creíble que había logrado construír después de eso donde ni siquiera hubo espacio para un chau.
No sé.
Ayer, por ejemplo me dejaste pensando con la intención de dejarme pensando, dicen algunos y por eso se me había ido el sueño. Hasta que conseguí dormirme y a la madrugada me despertaste para reafirmar tu presencia con unas palabras ilógicas. Para calmar la sed de tu ego y no me voy a cansar de decir eso.


Tené un poco de piedad y dale vacaciones a mi cabeza. Arriesgate. Perdeme,
te juro que es lo que querés.

jueves, 20 de octubre de 2011

Juro que no lo comprendo.

¿Qué carajo querés lograr apareciéndote tan fantasmagóricamente?


Y
¿ Cuánta histeria le sobra a esta historia?

domingo, 2 de octubre de 2011

no se tiene miedo

y se escapa de todos los hombres que quieren tenerla.






no es ella cuando se deja atrapar y entonces, se reconoce .

viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Qué clase de prostituta es la confianza?

Hay algo que está fuerte en mí, que ni Jude supo como derrumbarlo.

Hoy y ahora: decepción por parte de muchos que comparten un origen: el egoísmo.

¿Yo también pertenezco a ese lugar? 
Y
¿Cuántas veces he estado del otro lado del muro de los lamentos?




-Sos de libro.-dijo la flaca.
-Todos lo somos.-le respondió.

martes, 20 de septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

Los personajes enterrados en las tumbas de la gloria .

La única conclusión que se puede sacar entre tanta locura es que vos nunca dejaste ser el predecible Jude y yo nunca pude llegar a ser la irracional Sofía.


Qué mal. Me había encariñado con estos personajes. Quizás esto fue el problema. De todos modos,  ya no tiene sentido pensar en ello, porque nunca tuvo sentido pensar con vos.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Casi vital (el casi es una cuestión de orgullo, nada más) .-




Imaginando que soy específica termino por concluir que el amor no es más que la práctica involuntaria de una estrategia al estilo marketing. Digo, me di cuenta que antes de que te conozca, no te necesitaba. Y después de haber probado la mercancía: No hay forma de querer acostumbrarme a no consumirte. Sos el producto que más necesito, o algo así. 


Entraste en mi vida con intenciones. Te volviste necesario, deseable, ÚTIL. 

El producto se vende. Hasta los sentimientos son víctimas del sistema.




Son estos tipos de descubrimientos los que me dan
ganas de viajar a Saturno. 
(Y esta vez no te llevo.) 

Yo no puedo ser Sofía .

Es la primera vez que siento el verdadero y profundo deseo de que amanezca.

Ni la noche te convence.

Jude, no somos para nadie y nadie es para nosotros. ¿Por qué nos permitimos olvidarnos de esto en el pasado? Y ¿Cómo hacés para no hacer nada?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Volver, volver ..



-No soy una máquina.-dijiste. Y es que ya lo sé. Esa locura sin porqués fue la que me sedujo una vez.

Hoy es la que me aleja.



Los tratos hay que cumplirlos y es ilógico pensar en volver a ser Jude y Sofía.

No sé si me equivoqué en creer en esa realidad absurda. La cuestión es que decís que no te conozco mientras actuás de la forma en que espero. Y sin embargo, no te queda bien el traje de marioneta.

(Y a mí tampoco.)

sábado, 27 de agosto de 2011

Sólo te pido.

Es la vieja cuestión de que me hacés tan bien como mal, que si no me podés hacer mal, no me podés hacer feliz.


Pero te juro que esto es demasiado. Y no puedo soportarlo. Y no sé.


Brindemos por el no sé otra vez, otra vez el no sé carajo.


Y aunque yo esté sentada en esa mesa emborrachándome de esa alegría tonta, riendo exageradamente, pidiéndole piedad a la realidad (que no sé) entre cada carcajada, estoy deseando entender algo de todo esto (pero no demasiado porque no soy de hierro.)





Yo no quiero llorar más por vos. Y tal vez sea hora de que necesitemos alguien que nos emparche un poco y limpie nuestras cabezas, como ayer. Pero yo no voy a hacer tu alguien. Nada de clavos que saquen otro clavo.



Y te juro que hoy quiero gritarle al viento todo el dolor que tengo por sentir eso que nunca quise sentir y que es una mierda y que a veces no existe, como por ejemplo ahora mi amor.








Yo no sé por qué tengo esa cuestión de dejar pasar las cómodas oportunidades y hoy quizás sea tarde para decirlo. ¿Y para sentirlo?


Temerosa árbol.

jueves, 25 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

MI AMOR.


Y como era de esperar, supiste responder a mis predicciones.

A pesar de tu histeria indefinida, las cosas están claras. Quizás no estaba tan equivocada cuando decía lo que decía hace unos meses atrás. 


Sólo espero no tener razón.

sábado, 20 de agosto de 2011

Una lágrima y dos medialunas.


Y ahora hacés como si nada. 


Perfecto.


Pero tomatelo en serio. ¿Dale? Por que no tengo ganas de estar pendiente de tus dudas que son como un dado sin caras que está en el aire y nunca cae.


Y no. No te confundas. No estoy enojada.




Supongo que alguna vez desayunaremos de verdad, es decir, junto al café y las medialunas tendremos también esas palabras que ninguno de los dos quiere pronunciar (y que son tan sabrosas cuando se dicen/escuchan. Y tan insoportables cuando se las tiene atragantadas).

No sé por qué nos fastidia tanto.


Pero ya nos cansaremos del silencio y sus caprichos, sin mencionar la cuestión de la insatisfacción insaciable y sus momentáneas excepciones, o sea: la felicidad.

Es decir, después de todo no soy la única Temerosa. Ya ves, humanos .

lunes, 15 de agosto de 2011

Te odio cuando sos la víctima.


¿Cómo llegó hasta mi garganta? No, no repasemos el trayecto porque vuelvo a decaer. (Todavía no es el momento.)


Ya no sé que más pensar. Y eso está bueno, dejar la mente colgar del tendedero por un ratito y chupar un caramelo como si fuese la medicina que entra por tu cuerpo y andá a saber cómo (la nota del parcial indica que claramente no entiendo biológica, es decir, no puedo entender lo que no puede ser de otra manera. Pura lógica. Y claro. Si he perdido la razón. Ayer, por ejemplo, te la tuve que dar a vos. Y te odié por eso) penetra por las entrañas de esta reciente y detestable angustia para desarmarla hasta desvanecerla. 

No, no soporto a los psiquiatras. En realidad no conozco a ninguno. 

Tampoco me soporto a mí. 


No tengo caramelitos ni cigarros. Tampoco a vos. Hoy no. Y te necesito.


Gracias por devolverme el favor. 

domingo, 14 de agosto de 2011

Impotencia.



Insoportable. Realmente no soporto lo que me dijiste. Tengo las palabras quemándome la frente y lo que es exageradamente insoportable es saber que tenés razón. Y no puedo hacer absolutamente nada contra ello.

Impotencia y rencor hacia mí misma. (Sofía se borró. No la veo en estas acciones. No la reconozco. También estoy enojada con ella y con la palabra y conmigo sobretodo. Soy yo la que no puedo perdonarme.)

No sé muy bien qué pasa. No me entiendo a veces, como por ejemplo hoy.

Siempre pensé que las cosas se darían al revés. Me cuesta acostumbrarme a disfrutar sueños cumplidos. Es tan raro en mi.

Ando rara, sí sí. Tenés razón. Tirame con un zapato y decime que soy una mierda. Entonces voy a descubrir que es verdad, que soy humana y que a veces, esta humana es una mierda. ¿Por qué? Por que nos cuesta tanto ser felices. Perdón por el nosotros inclusive. (Sí, perdón por eso también, la puta madre). En realidad, quien tiene problemas para creer que por fin sucedió y que la vida con azúcar está en frente para arrojarme sonrisas frescas, soy yo.

Perdoname otra vez por no creer en nuestra realidad y contagiarte esta forma de matar la vida, de acribillarnos, desdibujarnos, mutilarnos, rompernos.

Sí, soy una completa mierda por no saber demostrarte absolutamente todo lo que siento por vos.
Soy tan imperfecta que creo que este juego tuyo funciona fantásticamente. Al fin y al cabo todo se resume a una duda entre si puedo o no, si me estás manipulando o no,si verdaderamente lo queremos o no,si estamos dispuestos a disfrutar o no lo que tenemos.

Por favor, creamos que después de todo, es real.

viernes, 5 de agosto de 2011

-Estás callada .

¿Por qué tanta agua? 


Y me acabo de dar cuenta de que allá, con ellos,  también había caballos.


Y de verdad pareciera que el silencio sea signo de que algo está en el aire. Así pasó el fin de semana pasado. Pero es que a veces el silencio no es más que el ruido de fondo y vos le ponés traje y corbata entonces mi cabeza atrapamoscasdevenus comienza a hacer un registro de quizás que motiven a ese ruido/silencio a estar ahí atrás, espiándonos de reojo, probablemente esperando. Y entonces buscamos esa cosa que está esperando. Pero felizmente no hay nada. Nada más que Temerosa Árbol. 


Es increíble escucharte decir ese cualquier cosa que coincidentemente o no está revoloteando en mi cabeza como un barrilete (Sí, barrilete. Que tontería. Y sí. Qué otra cosa podría ser. Debe ser por esto que estuve hablando hace un rato. Infancia querida de mierda) que va chocando con las esquina de mi cabeza y va creando tormentas eléctricas que me llenan de sensaciones extrañas, sensaciones que tienen el título de sensaciones y mejor dejo de explicar, es más lindo guardárselo para uno mismo. Sí, egoísta, ponele (La piedrita de mis huellas que podría llamarse Oliveira debe estar en otros zapatos o en París, en estos ya no. O en realidad sólo por estos minutos es válido ese "ya no", lo cual no deja de ser motivo de sorpresa). Casi exactamente igual como cuando te beso. 
Me das miedo cuando decís o actuás (espontáneamente/desapercibidamente/desinteresadamente) de manera que supieras exactamente lo que estoy pensando. No es que me den miedo los espejos ni las sombras, tampoco vos. Pero. Realmente estás lleno de este tipo de misterios. ¿Mi misterioso alguien? (jajajaja. Canción de mierda, realmente. Me extraña de vos. Y resulta increíble que todavía no te hayas dado cuenta que sos vos. O quizás. O silencio. Jude, en realidad) Y me encantaría ser propietaria de ese misterio y saber si en realidad lo hiciste por que sí (como siempre decís pero que esta vez no dijiste por que-) o porque lo pensabas mientras yo pensaba. Presentimientos o cualquier tipo de palabras que hable de cosas que nos dejen la cabeza prendida fuego y la boca seca con ganas de besos que hablen y pronuncien perfectamente: Temerosa Árbol. ¿Querés que lo diga? ¿O en realidad sólo tenías ganas de ponernos un espejo enfrente y reirte un rato, sin esperar nada? Ah, cielos. Sos un tarado. Por que siempre esperás, ya te conozco mirá. ¿Pero de verdad lo querés? Hablás tanto y decís tanto pero callás tanto también (Sí, es súper trillada esa frase pero es que este silencio/ruido es realmente mierda y en nosotros ya es algo trillado, querido) o a lo mejor no y es mi cabeza que tiene ganas de andar escuchando canciones que se titulen Duda (por costumbre, y dejemos el tema ahí si no querés que la cabeza se transforme en una locomotora del futuro e invente monstruosas inseguridades.) 


Y espero que no sepas lo que hoy pensé, o que no hagas ningún tipo de comentario al respecto porque claro, te tendría que pedir perdón o algo por el estilo y no soy buena para eso. Es decir, la cuestión no está en pedir perdón, sino en quedar en evidencia.

Yo no sé muy bien qué significó eso. Tengo la imaginación entusiasmada [Intusiasmada, inocente mezcla sintetizadora entre intuición y entusiasmo]. (Sos especialista en lograr eso en mí.) Eso no significa que mejore con mi literatura, no, lamentablemente eso empeora. Pero supongo que cuando suceda te voy a contar aquél sueño y vos te vas a reír como loco, me vas a retar por mi cabeza fríamente maquinante o por el agua o por el silencio. El silencio, nene. Y sabrás perfectamente, incluso mejor que yo y que Sofía, por qué temerosa árbol. Y es que es simplemente eso lo que siento: Temerosa Árbol.














jueves, 28 de julio de 2011

Límites.

El límite extremo que separa a los extremistas limitados.

Extremistas limitados.

Y ante los extremos, ante el límite: sólo quedan palabras vacías, es decir, débiles. La realidad las supera, las acribilla y hasta podría decirse que las humilla. Nadie quiere expresarse en el límite. 

Siempre, siempre hay palabras como el silencio que se necesitan, palabras ruido que no se escuchan pero que se hacen notar para saber que sí: que se siente demasiado y que en los extremos, hasta las palabras caen.  










Pero. (sí, siempre un pero como condimento atípico de Sofía) esto que es respirar sigue y no se sabe muy bien cómo, está lleno de sentido, es decir: de palabras. 

jueves, 21 de julio de 2011

Temerosa. Arbol.

Éxtasis de lo impensado.


Yo tengo las palabras que me querés decir, el miedo de que algún día olvides echar a los fantasmas de la habitación, el poder de hacer perdurar todo aquello que puedes darme como una lengua, lunas a medias, un poco de piel, algún que otro lunar perdido, varias palabras de esas que no tienen moño ni maquillaje, música como para dos. Pero quedate así, así. Acá me das risa, siempre risa, sobretodo risa, risa para extrañar.

jueves, 14 de julio de 2011

Como para no caer del pasamanos.

¿Si confío en vos? Es raro pero lo intento y a veces creo que de verdad confío. -De verdad- (jajaj qué ironía).


No me pidas que no me ría, forma parte de la mentira.

Yo creo. Y con eso basta, decís vos, Rodolfo. Y te creo si lo decís así, mientras te tomás un café, tranquilo y seguro y silbando un tango oxidado cuando Jude te busca desesperado en la radio para escucharte creer, para poder creer, para poder. Desesperado. 

-No lo vas a encontrar.-es inevitable soltarle alguna frase soberbia que mate cualquier intento de sueño compartido.

A estas alturas del abismo, es triste ser realista. Muy triste.
Da pena seguir dudando cuando ya caí. Y nos reímos tanto, tanto.

Jude, Jude. Perdoname por eso. Vos seguí así que vas bien, confundime con gritos y patadas, atrapame, cantame, cantame Yo creo. 

Y con eso basta.

lunes, 20 de junio de 2011

Gracias.

Y ya es de día. Y ya no recuerdo bien a qué palabras sabía nuestra noche. Pero no puedo borrar de mi mente tu expresión, cantando: Sube al taxi nena, los hombres te miran, te quieren tomar. 


Y te adoro cuando te creo, cuando creo en esta verdad a medias de té para tres.




Y ya es mañana.

viernes, 17 de junio de 2011

Cuando Yo era Sofía

Sofía levantándose de la cama .


Desconocido. Es inútil tratar de ser la excepción, es una estupidez pensarlo, creerlo. ¿Puedes creerlo? Claro que no puedes, pero yo...
Qué bellos son estos ojos hinchados de noche con lágrimas, de sacarse el alma por una manga empapándose las mejillas. Qué bellos y tristes son los ojos de los ciegos voluntarios, como los de la otra. ¿Qué siento? Que no hay lagartija posible que me saque tanta cabeza. Pero claro que no me entendés cuando la otra y Sofía dicen al mismo tiempo lo que no hay que sentir pero que se siente. Se siente, al mismo tiempo. Porque había que decir, y tantas cosas. Pasó que olvidé que Jude y Sofía eran meros personajes. Simplemente, fue lo que pasó. Meros personajes. Pero tan reales. Y ahora no puedo recordar lo contrario. ¿Lo ves? Yo lo veo. ¿Puedes creerlo? Y lo creo. Ahora y ayer, allá donde se aprende a reír o acá ya sin ganas de llorar, yo les creo. Y vos lo sabés, porque lo único que sabés es lo que me decías cuando decías entre idiotez y vanidad que todo lo que tocás: rompés, y acá estoy juntando los pedazos que voy encontrando en los rincones de la cama mientras me resuena tu risa cuando decías que todo es cuestión de creer. Es decir, de no creer. Porque claro, la única verdad es la verdad.

jueves, 2 de junio de 2011

Calambres en el alma .

Sos el peligro en cualquier lugar, el humo de cualquier cigarrillo, cualquier miedo que nos desdibuja. Pero somos humanos, desgraciadamente humanos, felizmente humanos. 




Y vemos los cuerpos blancos retorcidos, hundiéndose en las cenizas de sus cabezas, posados en el centro del plato. Uno de ellos encendido, soberbio suelta su silenciosa palabra. Palabra que se eleva en línea irregular que se va estirando, se va desgarrando. Palabra que se va desvaneciendo en un tiempo impensado, en la introducción del mientras tanto de una noche para palabra que se pierde, se desmiga, se deshilacha, víctima de una gravedad diferente (probablemente literaria) perseguida por estos ojos que son inevitablemente los de la noche, palabra que ha sido corrompida por este suave y cúbico aire de solitarios que no se dejan solos, hasta desaparecer. Casi exactamente como Jude y Sofía, en los viejos buenos tiempos sin tiempo.



domingo, 29 de mayo de 2011

Cadáver Exquisito .

Cuántos secretos que se van deshilachando sin importancia. Y sin importancia.


Esto de vivir de esperanzas ciegas es una cagada. 








Y sí. Tenés razón si pensás que nunca lo intenté de verdad. 

















miércoles, 25 de mayo de 2011

Oh. Esta no es Sofía. No, no.


..A veces me pregunto por qué me dan ganas de escribir o de fumar  o de apretarunaalmohadafuertecontraelestómago cuando estoy mal. Pero La Pregunta es la insolencia más hermosa y me pregunto entonces si realmente estoy capacitada como para sentirme tan viva hasta el punto de que el maldito ego sangre por un maldito ego sin sangre. Y claro, entonces me prendo otro cigarro y escribo que a veces me pregunto por qué..


de sar ma y san gra la ne ce si dad de que al guie nes pre gun ten 






-Ne ne^.
-Hey. ¿Qué hacés?
-¿Ahora? Fui a buscar una almohada porque estuve llorando más de dos horas como si me hubiesen arrancado la piel (arrancado la piel, sí, qué ironía, nuevamente) hasta que me ahogué con los mocos y tuve náuseas y (perdón por la asquerosidad del hecho, es que es verdad y los que aún, aunque casi sin quererlo porque duele porque duele, somos inocentes y casi que ni mentimos, excepto cuando decimos que no cuando queremos decir que sí o cuando negamos lo que vemos porque nos guste la calma de los cobardes caracoles chiquitos que son como favores que se piden a personas como JulianaSopa y que dejan baba, ah sí, también se me caía la baba cuando lloraba, sísí, qué asco y qué fea debe haber sido mi cara) entonces me fumé un cigarrillo tranquila con unos mates ajenos lo cual empeoró todo porque ya había estado tomando mates y tomar muchos mates me da ganas de vomitar o me pone débil como un trapo (como cuando Jude me ignora o en realidad no pero la que no es Sofía tiene cabeza y se la hace) entonces miré una película con un cuerpecito todo debilucho, de esas películas y esos cuerpecitos que son patéticos y que te hacen llorar más y entonces cuando terminó fui a buscar la almohada y me dieron ganas de hablar con vos (mientras escucho Nada Es Para Siempre De Fabiana Cantilo y Creo que del perro de Daniela Herrero, sí, ya sé, patético, patético otra vez y un poco másy de pedirte un abrazo . Hug Please, ¿no?


































































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Ojalá se pueda elegir llorar o no. Y ojalá esa conversación hubiese sido real. 

lunes, 9 de mayo de 2011

Cuando Yo era Sofía

Última del bello abril, primera del des - mayo.


La subjetividad hasta en el inodoro, yéndose con la cerveza y unos trocitos de pollo de hacía un par de horas. ¿Qué pasó? ¿Dónde fui que caí?
-Prendé la luz.
Yo también estoy en el inodoro. Encontré un par de risas con marlboro y un cuarto de noche. Está fría y desnuda, pero volvió a escribir con sus uñas rojas. No, no está muerta. 
-Hey, devolveme mi lugar.
Es tan insoportable no saber, son tan insoportables las explicaciones. 
Ahora estoy en la cocina, probablemente cortando la lechuga y un par de tomates rojos. Alguien allá que se ríe. No, felizmente no es Jude. No, tristemente es alguien allá. Casi como el de recién pero en realidad no: Los otros (tampoco míos). Pero al menos tienen la cortesía de parecerse, de estar del otro lado, de ser los otros. Hoy: los fantasmas flotadores. ¿Del otro lado de qué? Línea  entre pasado y el presente, entre las formas y la sustancia, entre lo verdadero y lo falso, entre los otros y Jude.
Contradicciones entre los dedos largos y el meñique chiquito.
-Dijiste yo no me río pero me río.
Incoherencia taciturna de los espejos al revés, de las memorias desmemoriadas que esconden recelosas lo más preciado como una ensalada junto con lo más vulgar como los semáforos.
-La vida, ché.
Los ecos - sistemas retumbando en esta cabeza sistematizada que quiere decir no, costumbres argentinas de decir no, cabeza boluda que sueña de vez en cuando, mezcla el vinagre y las lenguas, revuelve la ensalada y los abrazos del por favor con escaleras. A veces también duerme, sobretodo duerme.
-Tengo frío.
Los ojos de videotape y la boca recortada en pedacitos. Silencios de canciones que no se cantan y que se caen de las manos: vacío dudoso.
Las incertidumbres que no aseguran, los pedidos que no se piden. Es mejor cagarse de risa ¿Eh?
Claro, el eterno mientras tanto que duda de.
-Queseyó.



domingo, 1 de mayo de 2011

Cuando Yo era Sofía



Sofía explicando lo de la otra. 


Lo de la otra. Lo de la otra. De la otra. De esta y la otra y ella y todos y nadie y las cuestiones de la propiedad, tener o no. ¿Tener o no?


Sabía qué era, pero que no me interesaba en lo más mínimo, como si lo tuviera guardado en el fondo del bolso y de pronto, buscando OTRA COSA, encuentro esto.
¿Y ahora?
Explicación que no concuerda con la otra, con Sofía. Porque Sofía es eso que esta cabeza no sabe.
"Allí donde no pienso, soy" :Sofía, claro.-

viernes, 22 de abril de 2011

Cuando Yo era Sofía


Humanimales




-Después estoy todo el día pensando qué fue real y qué fue parte del sueño.-le dije y solté el humo.
-Lo que no entiendes es que todo fue real.


Y.


-No es el otro el que hace que amemos. Nosotros tenemos la capacidad de amar (siempre) no es el otro el que nos hace amar, sino que somos nosotros mismos los que tenemos esa capacidad
-Esa discapacidad, mejor dicho.

domingo, 17 de abril de 2011

Cuando Yo era Sofía

A rayas, frente a la hoja blanca.

Es irónico escribir sobre no poder escribir, pero últimamente encuentro a la ironía hasta en el ropero.
Le gustaba ver las cabezas caminando, iluminadas por los faroles de la calle que también son la luz de la noche.
Había visto a un hombre mirar su reloj. El tiempo como piernas de plastimasa que corren en círculos, que nos atontan para llegar.
Para llegar.
Cuánto hacía que no veía a un hombre mirar un reloj, pero un reloj de verdad, esos que hacen ese tic-tac casi inaudible. (Felizmente inaudible).
Dejó ir el humo mientras pensaba que tenía que lavar los platos y cuando volvió a mirar hacia la calle, el calvo había desaparecido (accidentalmente se acordó de aquél calvo, ese que una vez había estado escrito en una historia-anillo) y le había encantado que desapareciera tan rápido después de haber pispeado ese círculo, también anillo, también historia.

Y era eso. Apoyar el bolígrafo en la hoja rayada y no poder perderse como cuando caminaba con el cigarrillo o lavaba los platos. Era en esos momentos sin papel rayado ni biromes cuando escribía como quería escribir, cuando decía lo que quería decir. Y entonces corría a escupir las divagaciones pulmonares en la hoja. Pero la hoja es rayada, Julio. Quizás estaba funcionando y Sofía estaba siendo Sofía, y para eso se necesita protagonizar, para eso se necesita ser sin explicación, para eso no hacía falta escribir con be alta y en una hoja indispensablemente rayada, para eso se necesita ser la mismísima hoja.
Hoja papel. Hoja liviana. Hoja finita. Sofía rayada.

martes, 5 de abril de 2011

Cuando yo era Sofía

Sofía-Pasa-Tiempos


Quizás Jude se equivocaba al pensar que Sofía lo estaba queriendo como quiere una mujer de oficina, que era lo que ya tenía y conocía tristemente de memoria. Pero Sofía no lo había ido a buscar para cenar a la luz de las velas, sino para librarse de esos fuegos tan fríos y tan quietos que derriten el tiempo de la misma manera que los almanaques. No. Era otra cosa. Lo había ido a buscar (si es que se puede decir que lo había ido a buscar, por que en realidad) para ser esa Sofía que era cuando buscaba a su mascota planetaria al costado de un campo indiferente. 
Para ser e x p e r i m e n t o s del tiempo que sólo son leales a eso que se llama sentir. 
Para perder el equilibro ficticio del sube-y-baja. Sube-y-baja. 
Para burlarse del balance del balance y dejar el orden en el fondo de la valija.
Para aprender a ser Sofía. Creía que después de eso podría pegarle un mordisco salvaje al amor, también salvaje.
Para mirarse, ambos parados y nada más. Es decir, reconocerse. Y luego correr a encerrar el pasado o las realidades paralelas en el baño y reirse como locos, hasta llegar empujandose a la habitación y abolir la existencia presidencial de los futuros, para dejarlos lejos, que es como deben estar los futuros cuando se desviste el peligro que es vivir. Entonces después (siempre después de) convidarle un cigarrillo al ahora, que los mira satisfecho, también disfrutando.
Quizás Jude se equivocaba cuando pensaba que Sofía no estaba a la altura de ser un soldado del presente (o sin-tiempos-que-pasan). Para eso tendría que quitarse el saco empapado de las moralidades y también el corpiño.
Let it be en ese ataque y defensa que es el estar encerrados en un coche de vidrios empañados, buscando o inventando la libertad.
Y Sofía le daba la razón si era eso lo que él creía. Y entonces él se confundía y se la devolvía, con ganas de cambiar de canal, porque sabía que cuando el amante te da toda la razón que tiene en el fondo de sus bolsillos, es porque se la quiere sacar de encima, porque no la necesita o no la quiere necesitar. Y eso la convertía en amante, en ese animal raro y contradictorio, en esa lengua gigante que callaba y esperaba el ataque para demostrar que sí, que Jude tenía razón y que por eso se estaba equivocando.


domingo, 3 de abril de 2011

Humanimales .


Las horas no me caen bien, el sol tampoco.
La noche es engreída, yo no le creo nada.
¿Qué pasa con las esquinas que no son sinceras?
No sé si quiero volver, ya no me interesan las brújulas.
Basta del bien y del mal.
Esto del placer me cambió las retinas. Yo también las encontré en otras personas, y ahora también me encuentro persiguiéndolas, sin saber por qué. Por esto, ya no me interesa ver. ¿Será por esto que la palabra está enojada? ¿Qué espera ella de esta humana, cada vez más humana?
Odio esperar y los semáforos, aunque no tanto. Quiero contar una historia animal, repleta de ideales furtivos que se lleve cualquier viento, como la vida.


Pie de página:
-¿Y? ¿Qué sentís?
-Nada.
-Ah, perdón.
-No, está bien. Perdoname vos a mí.
-No te disculpes por decir la verdad.
-Quizás no es la verdad, quizás tendría que haberte dicho que sí, que siento algo. Y entonces, quizás lo hubiese sentido.
-Me bastaba con un no sé.
-Perdón.
-Aunque en realidad no, en realidad me basta con un nada. No me importan tus respuestas, yo sigo queriendo. Perdoname a mí por ser tan egoísta.
-No, no te perdono.-dijo ella.
-Yo tampoco.


domingo, 27 de marzo de 2011

Sofía corriendo .

Tengo que correr. Tienes que correr. A toda velocidad.


Si la realidad fue más fuerte, entonces es verdad. Y esas páginas que aseguraban que Sofía era un personaje que iba a ganar están para tirar a la basura, porque las mentiras se tiran a la basura o se largan en el medio del campo con los ojos tapados para que no sepan como volver.
Claro que las mentiras tienen manos. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. M&M no es una estrella, Jude.

Todo se vuelve planeta.
Y cigarrillos.

Es mirarse al espejo y reconocer a octubre en este otoño argentino. Es la necesidad furtiva de que alguien nos salve. Es sentirse vivo y muerto y jugar con eso. Es que te quiero. Pero dicen que más hay que quererse a uno mismo. Parece tan estúpido, tan absurdo, tan egoísta, tan real, es decir: tan Jude.

Nos imagino en un duelo, con unas buenas armas.
Ambos de espaldas.
Y salimos a correr, en el medio la tierra. Y corremos. En direcciones perfectamente contrarias. De espaldas. Sin vernos, a toda velocidad.






Y corremos, con el arma en la mano, ya lejos.

viernes, 25 de marzo de 2011

Cuando yo era Sofía o la lagartija.

Cuando vemos la realidad en carne viva, siempre hay una lagartija que nos saca del apuro.

No lo puedo creer. Y él como si nada. No le importa nada. Dios, qué bronca. No lo entiendo. No entiendo. No entiendo por qué. Pero para qué. Para qué me pregunto por qué. Y por qué me pregunta por qué si no entiendo. No tiene sentido. Odio eso. ¿Dónde están las llaves? Este bolso de mierda. Menos mal que tengo la caja de cigarrillos llena. Acá están las putas llaves mirá. Y él como si nada, andá a saber, entrando andá a saber a dónde  con andá a saber que otras putas llaves y yo acá y Sofía con llave y cigarrillos. Encima este ascensor de mierda también, carajo, que no viene. Y Jude tampoco y la concha de la lora. Y claro, claro que me molesta. ¿Acaso no tengo derecho a que me moleste? Pero no tiene que saberlo por que claro, porque en realidad NO, NO TENGO DERECHO. Pero lareputamadre. Hasta cuándo duraré en Sofía. Por qué me molesta. Eso tampoco lo entiendo. Encima claro. Encima él. Y sí. Y no. Hoy no, por ejemolo. ¿Y ahora qué? ¿Y ahora dónde? ¿Y ahora quién? ¿Y yo? Y esta Sofía. La de hoy, la de esta noche. Estaba tan dispuesta esta Sofía. Era tan Sofía. Aunque en realidad no. En realidad esta Sofía no es Sofía. Claro que no. Porque Sofía no hubiese estado pensando, no hubiese entrado, no hubiese salido, no hubiese. Solamente es. Porque ella no le da lugar a los hubieses. Qué bien Sofía, la tenés tan clara. En cambio yo, la puta madre, en cambio yo. ¿Dónde está Sofía? ¿Y jude? ¿Dónde está Jude? No. No quiero que esté allá o en esa fotografía y revolcándose como loco en el pavimento indiferente, bueno eso sí. Pero ¿y Sofía?  No lo puedo creer. Idiotas. Idiota. Idiot.
Pará.
¿Qué es eso verde que está en la pared?


-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah.
Menos mal que llegó el ascensor. Dios. ¿Qué hacía una lagartija pegada a la pared? Era verde y tenía escamas. Guauh. Una lagartija. Nunca había visto una, menos en la puerta del ascensor. Esperá...¿Qué estaba pensando antes de la lagartija? Algo había pasado, algo había visto. Qué era, qué era. No sé. Es como si ya no me importara. Es como si la lagartija hubiera sido Sofía o Jude o ambos que no puedo recordar nada. Sofía como una lagartija que me saca la cabeza para que no piense y me hace olvidar. No sabía que las lagartijas también tenían ese poder. ¿O ese es Jude? ¿Acaso hay Sofía sin Jude? Oh, sí. Por supuesto que sí. Jude es totalmente prescindible para ese personaje. ¿Y para mí?  Pero ay. No. Cuando la vi. Qué feo. Pánico. Qué sensación. Ahora solo tengo el miedo de la lagartija.




El miedo de la lagartija.