viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Qué clase de prostituta es la confianza?

Hay algo que está fuerte en mí, que ni Jude supo como derrumbarlo.

Hoy y ahora: decepción por parte de muchos que comparten un origen: el egoísmo.

¿Yo también pertenezco a ese lugar? 
Y
¿Cuántas veces he estado del otro lado del muro de los lamentos?




-Sos de libro.-dijo la flaca.
-Todos lo somos.-le respondió.

martes, 20 de septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

Los personajes enterrados en las tumbas de la gloria .

La única conclusión que se puede sacar entre tanta locura es que vos nunca dejaste ser el predecible Jude y yo nunca pude llegar a ser la irracional Sofía.


Qué mal. Me había encariñado con estos personajes. Quizás esto fue el problema. De todos modos,  ya no tiene sentido pensar en ello, porque nunca tuvo sentido pensar con vos.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Casi vital (el casi es una cuestión de orgullo, nada más) .-




Imaginando que soy específica termino por concluir que el amor no es más que la práctica involuntaria de una estrategia al estilo marketing. Digo, me di cuenta que antes de que te conozca, no te necesitaba. Y después de haber probado la mercancía: No hay forma de querer acostumbrarme a no consumirte. Sos el producto que más necesito, o algo así. 


Entraste en mi vida con intenciones. Te volviste necesario, deseable, ÚTIL. 

El producto se vende. Hasta los sentimientos son víctimas del sistema.




Son estos tipos de descubrimientos los que me dan
ganas de viajar a Saturno. 
(Y esta vez no te llevo.) 

Yo no puedo ser Sofía .

Es la primera vez que siento el verdadero y profundo deseo de que amanezca.

Ni la noche te convence.

Jude, no somos para nadie y nadie es para nosotros. ¿Por qué nos permitimos olvidarnos de esto en el pasado? Y ¿Cómo hacés para no hacer nada?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Volver, volver ..



-No soy una máquina.-dijiste. Y es que ya lo sé. Esa locura sin porqués fue la que me sedujo una vez.

Hoy es la que me aleja.



Los tratos hay que cumplirlos y es ilógico pensar en volver a ser Jude y Sofía.

No sé si me equivoqué en creer en esa realidad absurda. La cuestión es que decís que no te conozco mientras actuás de la forma en que espero. Y sin embargo, no te queda bien el traje de marioneta.

(Y a mí tampoco.)