martes, 14 de junio de 2016

Tú te has vuelto un yo.

Te has ido
No sé bien con quién ni cómo
Y no me importa porque sigo
Borracha
Sin nadie a mi alredededor
Vomitando flores de vainillas
Y sabiendo
Que no podés

Tristemente no podés
Ser mi vómito de vainilla de un miércoles por la madrugada.

De espiojane intrínseco entre la estufa
Que está seguramente en piloto
Y vos
Y vos
Alguien me dice: sos especial.
Y vos

Tristemente no podés.

El último poema

Me hubiese gustado despertarme con un poema tuyo que diga
La verdad es que estás re buena (o algo así, como vos quieras)
Y Cuando nos miramos
Y Los pasillos oscuros y a media penumbra son tan lindos con vos
Vos sos tan pasillo, tan tasita de té o vino derramado en el colchón
Y nada más
O quizás, también
Que el poema diga
Volvernos a mirar
O
Que diga solamente una palabra
Como epidérmico o fantasmagórica

Me resulta tan difícil escribir este poema.
Ahora me doy cuenta.
Quizás no sé bien qué quiero que diga el poema.
Lo que importa es que quiero poema
Lo quiero tuyo
Quizás como si no nos hubiésemos conocido,
Como si todavía yo siguiera estando más en el pasillo que en tu cama.