Es la vieja cuestión de que me hacés tan bien como mal, que si no me podés hacer mal, no me podés hacer feliz.
Pero te juro que esto es demasiado. Y no puedo soportarlo. Y no sé.
Brindemos por el no sé otra vez, otra vez el no sé carajo.
Y aunque yo esté sentada en esa mesa emborrachándome de esa alegría tonta, riendo exageradamente, pidiéndole piedad a la realidad (que no sé) entre cada carcajada, estoy deseando entender algo de todo esto (pero no demasiado porque no soy de hierro.)
Yo no quiero llorar más por vos. Y tal vez sea hora de que necesitemos alguien que nos emparche un poco y limpie nuestras cabezas, como ayer. Pero yo no voy a hacer tu alguien. Nada de clavos que saquen otro clavo.
Y te juro que hoy quiero gritarle al viento todo el dolor que tengo por sentir eso que nunca quise sentir y que es una mierda y que a veces no existe, como por ejemplo ahora mi amor.
Yo no sé por qué tengo esa cuestión de dejar pasar las cómodas oportunidades y hoy quizás sea tarde para decirlo. ¿Y para sentirlo?
Temerosa árbol.
Yo no sé por qué tengo esa cuestión de dejar pasar las cómodas oportunidades y hoy quizás sea tarde para decirlo. ¿Y para sentirlo?
Temerosa árbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario