viernes, 19 de julio de 2013

Si esa noche del veinte de julio





mientras corría por el callejón
borracha
llorando
herida
desprotegida de la mujer roja
es decir, del mundo entero
completamente humillada
desencantada 
enojada y mentida 
dolida
con todo eso que era la realidad
totalmente ajena a ella
con el sol pegando en la cara
completamente magullada porque esa era la verdad
ésa era la verdad
ésa era la verdad

entonces, si te hubieses cruzado en mi camino






querría que fueras vos quien te quedes conmigo
llorando
querría que fueras vos el que se quede en un cordón borracho conmigo


aunque hubieses actuado igual que él
y mentido igual que él




querría que fueras vos.


-Te creés todo lo que digo.-no es la primera vez que me dicen eso, lamentablemente.
-No me mientas porque soy una niña.
-Se les miente a los niños, todo el tiempo.
-Claro, entonces es por eso que somos esto.
-¿Qué cosa?
-Niños encerrados en cuerpos de grandes.
-Puede ser, niña, puede ser.




Yo dejaría a un costado
mi afán de mujer fuerte
te pediría un cigarrillo
y
Sí, definitivamente querría que fueras vos.






miércoles, 17 de julio de 2013

Cómo era




Cómo era eso que había estado pensando hasta recién.
Eh.
Tenía que ver con un cubo mágico y con el sacrificio, con la palabra sacrificio.
Y todo eso era y no era yo y eso era toda la cuestión, como la palabra vida, mi palabra vida.



Si volvemos a aquélla mancha del vestido, entonces el cubo mágico era Sofía y vos lo desarmaste. Lo transformaste en caos ilógico. Entonces después te fuiste y me dejaste con la palabra caos.

 Esa noche, ese ritual, ese sacrificio, esa niña, esa sangre.

Ahora hay que volver a armar el cubo, volver a transformarlo en ese cubo simétricamente seguro, sin dudas ni manchas raras.
Pero parece imposible.
Porque ya no es juego.
Entonces se hace más imposible.
Y tiene sentido que ese instinto infantil quiera volver a dominar y que a veces de hecho, domine. Es decir, Sofía.
Pero también está la certeza de que Sofía se ha transformado ineludiblemente, se gusta, habrá que escribirlo así, qué sé yo. O Martirio.
Y que esa transformación nos puede regresar alguna vez a ese cubo certero y simétrico pero necesaria e inconscientemente será ese el momento previo al nuevo y devastador desarme, porque de lo contrario




morimos, digamos.



Jude no te pienso ahora porque te sigo amando. Entrás en mis pensamiento como un cuadradito más del cuadrado, como algo que pasó y quizás

hasta es verdad y te odio un poco por eso.






No sé si era esto exactamente.
Es decir no, nunca es exactamente.
Las palabras son independientes,
seductoras,
poderosas,
hasta brujas
y se escriben como quieren.
Y me hacen dudar
si era esto
u otra
u otra cosa lo que pensaba,
me han confundido
y ahora olvidé eso que antes estaba tan claro.
Entonces es cierto,
las palabras también me hacen olvidar.


Malditas y amadas sean ellas,
éstas,
aquéllas
y sobre todo





las tuyas.


domingo, 14 de julio de 2013

Martirio bajo las uñas.

Ese arañazo tan Jude.


Y de pronto somos eso que tanto odiamos alguna vez.







No me mires así.


Así.




Aquí.



-Muchachita, cierra la boca.
Muchachita borracha.
Pequeña muchachita.
Deja que el sexo cante para nosotros.