domingo, 27 de marzo de 2011

Sofía corriendo .

Tengo que correr. Tienes que correr. A toda velocidad.


Si la realidad fue más fuerte, entonces es verdad. Y esas páginas que aseguraban que Sofía era un personaje que iba a ganar están para tirar a la basura, porque las mentiras se tiran a la basura o se largan en el medio del campo con los ojos tapados para que no sepan como volver.
Claro que las mentiras tienen manos. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. Y cuando la venda caiga. M&M no es una estrella, Jude.

Todo se vuelve planeta.
Y cigarrillos.

Es mirarse al espejo y reconocer a octubre en este otoño argentino. Es la necesidad furtiva de que alguien nos salve. Es sentirse vivo y muerto y jugar con eso. Es que te quiero. Pero dicen que más hay que quererse a uno mismo. Parece tan estúpido, tan absurdo, tan egoísta, tan real, es decir: tan Jude.

Nos imagino en un duelo, con unas buenas armas.
Ambos de espaldas.
Y salimos a correr, en el medio la tierra. Y corremos. En direcciones perfectamente contrarias. De espaldas. Sin vernos, a toda velocidad.






Y corremos, con el arma en la mano, ya lejos.

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