domingo, 3 de abril de 2011

Humanimales .


Las horas no me caen bien, el sol tampoco.
La noche es engreída, yo no le creo nada.
¿Qué pasa con las esquinas que no son sinceras?
No sé si quiero volver, ya no me interesan las brújulas.
Basta del bien y del mal.
Esto del placer me cambió las retinas. Yo también las encontré en otras personas, y ahora también me encuentro persiguiéndolas, sin saber por qué. Por esto, ya no me interesa ver. ¿Será por esto que la palabra está enojada? ¿Qué espera ella de esta humana, cada vez más humana?
Odio esperar y los semáforos, aunque no tanto. Quiero contar una historia animal, repleta de ideales furtivos que se lleve cualquier viento, como la vida.


Pie de página:
-¿Y? ¿Qué sentís?
-Nada.
-Ah, perdón.
-No, está bien. Perdoname vos a mí.
-No te disculpes por decir la verdad.
-Quizás no es la verdad, quizás tendría que haberte dicho que sí, que siento algo. Y entonces, quizás lo hubiese sentido.
-Me bastaba con un no sé.
-Perdón.
-Aunque en realidad no, en realidad me basta con un nada. No me importan tus respuestas, yo sigo queriendo. Perdoname a mí por ser tan egoísta.
-No, no te perdono.-dijo ella.
-Yo tampoco.


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