viernes, 12 de octubre de 2012

Cuando Yo era Sofía




Una magia extraña persigue últimamente a esta niña. Siempre que tiene un papel cualquiera en la mano y lo lee, alguien imparticular que bordea su existencia indiferentemente, pronuncia exactamente la palabra que está leyendo en ese momento. No, no miento. Le ocurrió con mercado, fuego, Juan, morir, lugar y amarilla. Ella no creía en las casualidades, hasta que sucedieron. Y no es cualquier error de la realidad, es creer y crear en una misma palabra, es un accidente destino-lingüístico, es la oveja negra sobreviviendo al incendio, es sentir el único perfume recordable en el Pasaje Enagüe, es tener un dejavú mientras se sueña, es ver finalmente la luna entre nosotros.

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