sábado, 6 de febrero de 2016

Come de mí -

Esto lo escribo con el fin de pedirte cruda sinceridad, pero no lo vas a leer nunca asi que.
Lo que pasa es que sos raro. Y me dejás pensando. Esto último es lo peor porque me tengo que poner  a estudiar.
Si alguna vez pudiera leer tu mente y tus pensamientos completamente durante uno de nuestros encuentros, lo haría y me haría completamente la boluda y quizás no te querría volver a ver nunca más en la vida. Lo que pasa es que me encanta dejarme confundir por ese vicio tuyo de ser un perverso cortés. Sí sí. Perverso cortés. Un poco y un poco.

Y capaz que ahora tengo esta necesidad por lo del dedo que moviste diferente. Y capaz que sea porque no brindamos en toda la noche.





Cuando me preguntás entre inquisidor primaveral y ególatra empedernido qué es lo que quiero de vos se me ocurren ciento cuatro respuestas.





Pero me quedo callada y miro para el costado.


Temo responder ese tipo de preguntas cuando estoy borracha y digo y digo y digo y vos te das cuenta.
Por eso.
Aparte lo de borracha es casi siempre.


Pero bueno. La verdad es que la que tendría que hacer esa pregunta soy yo. Lo que pasa es que la respuesta sería la respuesta que ya sé. Y admito que hay veces donde necesito saber lo que ya sé una vez más, por las dudas que al fin y al cabo son tu culpa porque vos movés ese dedo de otra manera y a mi cabeza le encanta significar, nominar esos detalles que.
Lo que pasa es que te enojás y te ofendés pero en silencio. Yo me doy cuenta. O después me hacés acordar que te lo pregunté. Casi como una recriminación. Pobre Sofía.
Pero vos estás enfermo y yo te lo dije y tenés la piel verde y a veces con escamas. Y estabas entre los escombros caóticos de las escaleras cuando te hablé de vos y ni te reconociste y dijiste "Pobre."

Entonces la sonrisa que se me dibujó en la cara te ponía un sombrero invisible en la cabeza que decía "boludo."

En fin,  quedate tranquilo que cuando quieras te puedo regalar algunos de estos cariños que son medio verdad y medio mentira.

(Siempre y cuando dejes de hacerme esa pregunta que es más una respuesta que una pregunta).



Cuando lo necesites, yo te regalo media mentira.


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