Los silencios de Sofía me despiertan a la madrugada.
Hacía calor pero el agua en la cara se debía a la pesadilla.
Es realmente terrible soñar que cocinás un plato delicioso y que otros son los que lo disfrutan.
Demasiado terrible. Y soñarlo, además de terrible es insoportable.
Recordé que una vez había tenido ganas de escuchar una banda.
En la disquería encontré su nombre.
-Dame el mejor disco de esta banda.-le dije al tipo.
-Bueno nena, supongo que sabrás que ésa respuesta es algo relativa.
-No te preocupes. Es lo que estoy buscando.-mentí. Me encanta mentirle a los idiotas.
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