lunes, 23 de enero de 2012

Yo, una vez.



Y poco después, ella le dijo que él la hacía feliz (no explicó de qué manera) y él dio por ganado y terminado el juego.
Y ella sufrió mucho porque le gustaba que él gane el juego pero no quería terminarlo.
O quizás.
Y es mejor no entrar en detalles.
Meses después él volvía a buscarla alguna que otra noche pero era para hablar y si hacían el amor no se sentía lo mismo que al principio, donde se entregaban mutuamente y quedaba en evidencia lo que sentían.
Entonces un día ella se embriagó y lo echó de su vida porque se sentía enamorada, lastimada, no correspondida, rencorosa, engañada, celosa.

Él, hasta entonces, dejó que me fuera y una mujer me dijo una vez que me recordó una noche en una esquina mientras se emborrachaban. Pero no recordó todo esto que predeciblemente recuerdo yo, sino la forma en que lo echaba de mi vida.


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