domingo, 17 de febrero de 2013

Después de la Explosión.



Estamos heridos. La explosión nos incendió la cabeza y la piel se puso a la defensiva. Nos lastimamos y nos quisimos al mismo tiempo, nos abrazamos y nos escupimos por esa clásica inercia que se esparce por el aire después de cualquier accidente, nada más parecido al humano. Jugamos a ser dios, es decir, a ser otros. Pero volvimos, en medio de esa muerte sonámbula caminamos a ciegas hasta que nuestras voces se rozaron y las lenguas se reconocieron y reconocieron por tanto, todo lo demás.
-¿Qué haremos ahora? ¿Cómo caemos y cómo nos volvemos a levantar?
-Qué importa.-dijo Sofía entre tanto humo y vodka.-Ya somos fuegos y tuercas.


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