Se
pegotearon, se agolparon en una sensación inmoral y juguetearon un rato hasta
confundirse y llorar.
Se
mordisquearon como perros, se pelearon por un momento, para después rejuntarse
e intercambiarse hasta perderme en un color.
El
blanco y el negro, como siempre, se pelean a la fuerza de la verborragia
exigente de los idealistas, se pegan manotazos frenéticos y los idealistas
apuestan, como siempre, a todo o nada. Entonces aparece, como siempre otra
vez, éste que ahora se derrite como una
vela caliente en mi cabeza, o en otra, que es lo mismo y es el mismísimo GRIS.
Porque entre el blanco y el negro hay algo que los idealistas ansiosos ignoran
y que es este color, el color del no sé.
Lo
indefinido gana terreno y nos gusta, aunque le demos pelea. La mismísima
histeria gris solapada en un sutil juego de cortesía.
Los
tantos somos vos y yo. Y cuánto somos. Ahora la parte más traviesa de mi
cabecita se esconde atrás de tu espala y me saluda. Y yo me río y quiero que se
quede ahí, pero la traigo de vuelta y me pongo un sombrero para que no se
escape.
Pero
una parte de tu cabecita la viene a buscar y los he escuchado en silencio, para
que no se den cuenta que me estaba dando cuenta, mientras oía que tu partecita
le decía a la mía: No te sueltes de mi
mano, si despeinamos el mundo no seremos vistos.
Entonces
el mundo somos vos y yo y nos despeinaron hasta ser unos tantos que se
confunden, y ahora qué.
Ya
no veo lo que veo. He rozado con estos ojos lo que no es, o quizás. Y ese
quizás es la duda de casi siempre, que me pierde, me funde en lo indeterminado,
en el misterio que todos buscamos para poder seguir.
Ahora
estoy en peligro, tu partecita se llevó la mía, o al revés, gris.
Eso
o esto que no sé somos vos y yo. Y por primera vez, dejamos de morir para ir a
buscar eso que llamamos vida que entre estos tantos que se me mezclaron y que
somos vos y yo, se perdió, o se
encontró. Vaya uno a saber. A saber. No. Vaya uno a sentir. A sentir. No. Vaya
uno a ser.
Ser.
Ser
tantos que se mezclan.
Ser
tantos.
Ser.
Tantos que somos.
P/d: esto no es una publicidad de yogures.
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